Solana de Cantos
En el siglo VIII a. C. población de origen fenicio introdujo en la península ibérica el aceite de oliva. Pronto se divulgó su consumo entre las élites ibéricas como un bien de prestigio, y al igual que la vid, los olivos se plantaron para satisfacer una demanda cada vez mayor. En el siglo V a. C. llegaron a la meseta de Requena Utiel los primeros olivos. La rambla de la Alcantarilla fue el lugar elegido para implantar su cultivo. Rodeada de escarpes rocosos que protegían su crecimiento y regados por los manantiales de la rambla, los olivos se adaptaron y crecieron en un clima cálido que produjo aceites de gran calidad. 
La Solana de Cantos, en el siglo V a.C., fue la primera almazara del territorio. En este pequeño enclave de la rambla de la Alcantarilla, el cultivo de los olivos ha pervivido a lo largo de los siglos. Fruto de esta tradición es nuestro aceite de oliva elaborado de forma artesanal con variedades ancestrales que aportan los mejores aromas y la esencia de esta cultura milenaria.
Nuestros olivos de la rambla de la Alcantarilla son el testimonio de un cultivo arraigado a nuestra tierra desde los orígenes de la cultura ibérica. Nuestro aceite la esencia de esa tradición. 
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